La vida del entrevistador
Imagen 1.
En mi pregrado de psicología, nunca me gustó mucho la psicología organizacional. Pensaba que era demasiado aburrida y sin mucha emoción para desarrollarla en la vida laboral. Prefería meterme con la psicología social y comunitaria. Además de la investigación.
Imagen 2.
El sueño de mis amigos Daniel, Sonia, Leonardo, fue el hacer una corporación para ofrecer servicios de psicología, recién graduados de la U. Paradojas del destino, los primeros trabajos fueron reclutamiento de personal para empresas del sector salud. ¿Será que mi sueño de psicología social se estaba marchitando?
Imagen 3.
Por orden de un decano de psicología, jefe mío en 2003 o 2004, tuve que meterme en la psicología organizacional de lleno. El laberinto de las contradicciones no tiene nombre.
Imagen 4.
Ahora, en 2017, ya no sé qué psicólogo soy, además de literato. Mis propias mentiras se han vuelto reales y el polígrafo de la vida se convierte en la decisión de cada día, de la pregunta que puedas fallar, del mal paso que puedas dar. En otras palabras, soy mi propio sistema de identificación de contradicciones. El entrevistador y el entrevistado.
Encuentro supremamente encantador la forma como retratan aspectos tan naturales de la vida, como sentirse inconforme con lo que haces, pero aún hacerlo. Muchas veces nos hemos sentido así, algunos simplemente huimos como en «mundos paralelos» de la dictadura, otros se quedan, dan la lucha, se engañan o se acostumbran a su inconformismo y continúan. Me siento muy identificada con este texto y de alguna manera siento que fue diseñado para mi, para como me sentí en algún momento, para recordarme que los cambios no son dañinos, que fortalecen y enamoran.
Esta palabra me recuerda a una anécdota de mi padrastro sobre cómo un día para una entrevista de trabajo le hicieron un detector de mentiras con un polígrafo y logró demostrar que, si la memoria falla lo suficiente, puedes estar mintiendo sin darte cuenta ni tú ni la máquina. Es cómico y curioso como estos aparatos siguen teniendo tanta credibilidad
La prueba del polígrafo la asumo como una invitación a la confesión de cosas que ni siquiera sabia que estaban ocultas, es una forma divertida de reconocer al otro y reconocerse en las verdades, que tanto miente la tecnología? que tanta razón tiene la maquina?? en este caso hay mas verdad en un aparato que en mi palabra o en mi mente… el polígrafo revela capas como en confesionarios donde solo la verdad nos hace libres….. pero si te digo algo es que es verdad… el polígrafo no miente, el que miente eres tu…
las verdades y mentiras a su vez las reconozco como francas, desde la mirada en que sea posible darlas, es decir , lo que para mi es una verdad, para el otro no es esa la verdad, depende desde donde se miren, o existen situaciones que nos plantean no decir nada, entonces ¿seria mentir u omitir la verdad?
Encuentro interesante el uso del polígrafo como forma de conocerse a uno mismo más que a otro persona. Esta denota que cuando se miente es para quedar bien: 1. con el que tiene al frente, 2. con uno mismo o 3. porque quisiera no ser eso que en verdad es y lo oculta con un mentira. «Dilo hasta que lo creas». También la mentira, dependiendo de en que se mienta, es una forma de protección personal, para no revelar detalles muy personales que no incumben a los demás y, ciertamente, no deberían incumbir en el ámbito laboral. Un ejercicio verdaderamente interesante.
Mi experiencia con el Polígrafo es más bien desagradable y valdría la pena hacer un relato de ese encuentro con la maquinita que genera incomodidad física y mental. En resumen estuve bajo el YUGO del polígrafo cuando trabajaba en un Banco, yo era analista de operaciones financieras y aprobaba los requisitos para realizar transacciones empresariales de montos bastante considerables. Un vez, al finalizar la semana, con corte de mes, ad portas a un traslado de oficina y en un día bastante ocupado, recibí la llamada de mi jefe que me solicitó acercarme al área de seguridad. Todo pensé en aquel momento, menos que iba a ser objeto de investigación por un fraude millonario, de hecho pensé que me recomendaría especial cuidado en alguna operación delicada para el Banco, pero no fue así … por eso dije antes que mi historia era como para un relato, porque los detalles explican muchas cosas, pero es demasiado para dejarlo en un Blog. Pues bien, finalmente sólo daré mis conclusiones de la experiencia: 1. Como todo en la vida, sólo quien lo vive es quien lo goza, es decir, nadie que no haya sido sometido a esta experiencia debería opinar validando o rechazando su uso, porque no se parece a los dibujos, ni tiene la gracia de las respuestas de un cuestionario de personalidad; 2.Depende en qué momento de la vida y en qué condiciones sea sometido a esta experiencia, el contexto y el ejecutor varían, así también las conclusiones: 3.La precisión de las preguntas dan paso a la imprecisión del entendimiento conceptual, son tan cortas y puntuales que algunas confunden o tienen varias verdades; 4.Pensar que una máquina puede determinar la bondad, maldad, verdad o mentira desde la perspectiva personal del interrogado y enfrentarla a la visión del interrogador es de hecho un error de interpretación y eso es inadmisible en un artefacto que quiere perfilar y establecer límites para emitir el concepto sobre alguien.
Por suerte ahora me dedico a otros temas profesionales menos escabrosos y peligrosos para mi salud mental.
El polígrado, es posiblemente uno de los elementos con el cual nunca he tenido contacto. Afortunadamente no he tenido que estar en una situación en donde mis palabras hayan tenido que ser cuestionadas por alguien más ya que siempre he sido honesto con mis amigos y conmigo mismo. He trabajado ardualmente para lograr mis cosas y por lo tanto, este elemento no aplica para mi. He escuchado historias en donde se puede evidenciar que las respuestas pueden ser alteradas por los estados de ánimo de la persona y que en consecuencia, no termina siendo del todo efectivo.
Un recuerdo claro de ello es aquel capítulo de los Simpsons en donde Moe es cuestionado sobre lo que desea hacer y todo termina siendo mentira, otro, cuando Homero estalla el polígrafo puede ser por una respuesta no veraz, el punto es que estas parodias muestran para mi la realidad de lo qeu es un polígrafo en la scoeidad.
No tengo experiencias con el polígrafo, no creo en su efectividad y me aterra pensar que más allá de que pueda usarse para poner a las personas en situaciones embarazosas, como en algún programa de televisión que existió, se usen sus resultados para juzgar y condenar a un inocente.
La tecnología ha avanzado a pasos agigantados, tanto que la humanidad ha desarrollado instrumentos que pueden validar la veracidad de nuestras palabras. Pero, ¿Cómo es posible? Este instrumento esta diseñado para medir 3 puntos claves en las personas. Primero: Ritmo Cardiaco, Segundo: Respiraciones por Minuto y finalmente las Pulsaciones Nerviosas. Hoy en día, esta tecnología se usa en las pruebas de admisión por Recursos Humanos, este procedimiento se usa para el ingreso y contratación a diferentes empresas como: Entidades Financieras, Empresas de Seguridad y algunas Empresas del Sector Real, ¿Por que es tan importante? Sencillamente las Empresas deben garantizar y medir esa CONFIABILIDAD en sus empleados y saber de antemano que es verificable y autentica. Sin embargo, pensar en este instrumento te analiza, te interroga y escudriña de alguna manera todo lo que hemos vivido suena interesante y a la vez caótico. La angustia de enfrentarse con la verdad pasada y presente de nuestra vida; el temor a ser expuestos a una verdad que no queremos oír o más bien interpretar. Conozco acerca del tema, ya que tuve una experiencia cercana, en donde pude vivir de forma indirecta esta situación. Finalmente, el instrumento no mide los nervios de las personas sino que se enfoca en la VERDAD y TRANQUILIDAD con la que se responden las preguntas.
Si bien el polígrafo es un instrumento que mide algunos parámetros corporales, me parece un tema interesante y me causa mucha curiosidad el solo pensar que hay mentes tan hábiles que son capaces de engañar al instrumento. Ahora bien, viene a mi mente la frase de mamá «Venga para acá, míreme a los ojos y dígame qué pasó», seguramente si lograste engañar el polígrafo en los ojos de mamá cuando eras infante, la máquina no te generará inconvenientes, por que lograste controlar tus emociones, la ansiedad, el estrés y hasta tus propios pensamientos.
Siempre pensé en lo asombroso que sería tener un polígrafo, sí, ese aparatico que te permite saber si alguien te miente; conocer realmente su efectividad, cerciorarme en si puedo ocultar mis acciones y mentiras, aunque más importante aún, poder controlar mi respiración y cada diminuta ejecución en mis actos, convencer a mi cerebro de que simplemente estoy diciendo la verdad, y que nunca me descubriesen. Me gustaría probarlo en mi y con personas que conozco y, por qué no, también con desconocidos y con la vecina que siempre está contando historias. Pero entonces no seria justo, se perdería el misterio, no habría lugar a la duda, a vacilar, el miedo a tener que confiar y creer. Pero si lo tuviese, bien que lo utilizaría a mi voluntad y como se me viniese en gana. Imagino mi cara de satisfacción al saber todo aquello que en algún momento me pregunté, un momento, ?sería de satisfacción?, más bien de desconcierto o decepción, por tener la claridad de que todo lo que sé, no es nada más que la verdad.
Particularmente asocio el polígrafo en la estrategia militar y en este tipo de entidades, sin embargo en los últimos años, este artefacto a sido utilizado en algunas empresas para contratar a sus colaboradores, por tal razón me atañen varias preguntas?
– Realmente es confiable la información aportada por estos aparatos?
– Si la información aportada por el polígrafo es 100 %veras, y puedes generar cualquier tipo de pregunta para que contratar un psicólogo?
-necesariamente sudas cuando mientes, si el ritmo cardiaco mide la capacidad de mentir, entonces el corazón es un polígrafo natural.
– la humanidad esta por debajo de la tecnología y esto lo digo en el caso: si una persona no miente pero el polígrafo dice que si miente, entonces la confianza, el beneficio de la duda queda en un segundo plano, que prima el polígrafo o el entrevistado?
Identificar una memoria que se relacione con el «polígrafo» pareciera a vuelo de pájaro una tarea fácil, pero ir recorriendo caminos en la memoria para identificar uno de tantos y decidir si es el preciso se complica un poco. Luego de tanto pensar decidí elegir la memoria por la sensación que me generó la palabra «polígrafo», y me llevó directamente al primer encuentro que tuve con una psicóloga.
Tenía 8 años y estar allí sentada, en frente de ella, no me permitía diferenciar entre el miedo y los nervios, previamente mi mamá me advirtió que no podía mentirle porque ella lo iba a notar, y fue muy enfática cuando me dijo «responda todo lo que ella le pregunte». Así fue, Treinta minutos dudando de mis verdades, cada pregunta era un suplicio y yo, solo me esforzaba para que hasta mis suspiros tuvieran el aspecto de la honestidad.
Jamás me he tenido que sentar conectado a uno de estos aparatos, sin embargo al leer sobre este, me doy cuenta que es nada más que las reacciones fisiológicas a estímulos incomodos. Que más cambios que aquellos que soy consiente, que más cambios que mi propio cuerpo.
Simplemente recuerdo los grandes problemas que tuve en mi niñez por las «mentiras» y lo mal que me iba por esta razón. Las golpizas que me acarreaban y mis ideas ingenuas y tontas para cubrirlas que solo me causan risa en este momento. Sin embargo, no se si sea condicionamiento o simplemente programación pero ante una mentira, todo en mi se altera y me es imposible hacerlo. Soy pésimo melómano.
Desde los siete años empecé a sentir que mis conversaciones con aquella persona no surgían de un genuino interés en mi persona, era claro que cada pregunta buscaba convertir mis respuestas en flechas con las que, por el resto de sus días, me iba a recriminar mi inocencia.
Recuerdo que cuando era pequeño, me iba muy mal en el colegio, y para evitarme problemas con mi padre, siempre le decía que todo estaba bien (costumbre que todavía tengo a día de hoy). Él, molesto, me hizo un día jurar que si seguía diciéndole «mentiras» me llevaría a un polígrafo. Nunca lo hizo, supongo que el también tendrá que ir.
Hace poco mi hermana tuvo un examen para una entrevista. El examen consistía en responder una serie de preguntas sobre su vida, las cosas poco éticas que pudo haber realizado o no. Me inquieta pensar que una maquina pueda realmente reaccionar a si decimos la verdad o no por solo nuestros instintos, nuestras reacciones nerviosa. Además, es curioso porque tener algo tan simple como la rinitis puede afectar el resultado, tomar, fumar o cualquier cosa puede afectarlo. Entonces cuestiono sí son verídicas este tipo de pruebas, que puede medir si estoy diciendo mentiras o si el impulso que tuve no era un estornudo o una reacción diferente del cuerpo. Mi hermana con una hoja de vida intachable no paso esa prueba, por estar agripada.
La vida del entrevistador
Imagen 1.
En mi pregrado de psicología, nunca me gustó mucho la psicología organizacional. Pensaba que era demasiado aburrida y sin mucha emoción para desarrollarla en la vida laboral. Prefería meterme con la psicología social y comunitaria. Además de la investigación.
Imagen 2.
El sueño de mis amigos Daniel, Sonia, Leonardo, fue el hacer una corporación para ofrecer servicios de psicología, recién graduados de la U. Paradojas del destino, los primeros trabajos fueron reclutamiento de personal para empresas del sector salud. ¿Será que mi sueño de psicología social se estaba marchitando?
Imagen 3.
Por orden de un decano de psicología, jefe mío en 2003 o 2004, tuve que meterme en la psicología organizacional de lleno. El laberinto de las contradicciones no tiene nombre.
Imagen 4.
Ahora, en 2017, ya no sé qué psicólogo soy, además de literato. Mis propias mentiras se han vuelto reales y el polígrafo de la vida se convierte en la decisión de cada día, de la pregunta que puedas fallar, del mal paso que puedas dar. En otras palabras, soy mi propio sistema de identificación de contradicciones. El entrevistador y el entrevistado.
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Encuentro supremamente encantador la forma como retratan aspectos tan naturales de la vida, como sentirse inconforme con lo que haces, pero aún hacerlo. Muchas veces nos hemos sentido así, algunos simplemente huimos como en «mundos paralelos» de la dictadura, otros se quedan, dan la lucha, se engañan o se acostumbran a su inconformismo y continúan. Me siento muy identificada con este texto y de alguna manera siento que fue diseñado para mi, para como me sentí en algún momento, para recordarme que los cambios no son dañinos, que fortalecen y enamoran.
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Esta palabra me recuerda a una anécdota de mi padrastro sobre cómo un día para una entrevista de trabajo le hicieron un detector de mentiras con un polígrafo y logró demostrar que, si la memoria falla lo suficiente, puedes estar mintiendo sin darte cuenta ni tú ni la máquina. Es cómico y curioso como estos aparatos siguen teniendo tanta credibilidad
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La prueba del polígrafo la asumo como una invitación a la confesión de cosas que ni siquiera sabia que estaban ocultas, es una forma divertida de reconocer al otro y reconocerse en las verdades, que tanto miente la tecnología? que tanta razón tiene la maquina?? en este caso hay mas verdad en un aparato que en mi palabra o en mi mente… el polígrafo revela capas como en confesionarios donde solo la verdad nos hace libres….. pero si te digo algo es que es verdad… el polígrafo no miente, el que miente eres tu…
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las verdades y mentiras a su vez las reconozco como francas, desde la mirada en que sea posible darlas, es decir , lo que para mi es una verdad, para el otro no es esa la verdad, depende desde donde se miren, o existen situaciones que nos plantean no decir nada, entonces ¿seria mentir u omitir la verdad?
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Encuentro interesante el uso del polígrafo como forma de conocerse a uno mismo más que a otro persona. Esta denota que cuando se miente es para quedar bien: 1. con el que tiene al frente, 2. con uno mismo o 3. porque quisiera no ser eso que en verdad es y lo oculta con un mentira. «Dilo hasta que lo creas». También la mentira, dependiendo de en que se mienta, es una forma de protección personal, para no revelar detalles muy personales que no incumben a los demás y, ciertamente, no deberían incumbir en el ámbito laboral. Un ejercicio verdaderamente interesante.
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Mi experiencia con el Polígrafo es más bien desagradable y valdría la pena hacer un relato de ese encuentro con la maquinita que genera incomodidad física y mental. En resumen estuve bajo el YUGO del polígrafo cuando trabajaba en un Banco, yo era analista de operaciones financieras y aprobaba los requisitos para realizar transacciones empresariales de montos bastante considerables. Un vez, al finalizar la semana, con corte de mes, ad portas a un traslado de oficina y en un día bastante ocupado, recibí la llamada de mi jefe que me solicitó acercarme al área de seguridad. Todo pensé en aquel momento, menos que iba a ser objeto de investigación por un fraude millonario, de hecho pensé que me recomendaría especial cuidado en alguna operación delicada para el Banco, pero no fue así … por eso dije antes que mi historia era como para un relato, porque los detalles explican muchas cosas, pero es demasiado para dejarlo en un Blog. Pues bien, finalmente sólo daré mis conclusiones de la experiencia: 1. Como todo en la vida, sólo quien lo vive es quien lo goza, es decir, nadie que no haya sido sometido a esta experiencia debería opinar validando o rechazando su uso, porque no se parece a los dibujos, ni tiene la gracia de las respuestas de un cuestionario de personalidad; 2.Depende en qué momento de la vida y en qué condiciones sea sometido a esta experiencia, el contexto y el ejecutor varían, así también las conclusiones: 3.La precisión de las preguntas dan paso a la imprecisión del entendimiento conceptual, son tan cortas y puntuales que algunas confunden o tienen varias verdades; 4.Pensar que una máquina puede determinar la bondad, maldad, verdad o mentira desde la perspectiva personal del interrogado y enfrentarla a la visión del interrogador es de hecho un error de interpretación y eso es inadmisible en un artefacto que quiere perfilar y establecer límites para emitir el concepto sobre alguien.
Por suerte ahora me dedico a otros temas profesionales menos escabrosos y peligrosos para mi salud mental.
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El polígrado, es posiblemente uno de los elementos con el cual nunca he tenido contacto. Afortunadamente no he tenido que estar en una situación en donde mis palabras hayan tenido que ser cuestionadas por alguien más ya que siempre he sido honesto con mis amigos y conmigo mismo. He trabajado ardualmente para lograr mis cosas y por lo tanto, este elemento no aplica para mi. He escuchado historias en donde se puede evidenciar que las respuestas pueden ser alteradas por los estados de ánimo de la persona y que en consecuencia, no termina siendo del todo efectivo.
Un recuerdo claro de ello es aquel capítulo de los Simpsons en donde Moe es cuestionado sobre lo que desea hacer y todo termina siendo mentira, otro, cuando Homero estalla el polígrafo puede ser por una respuesta no veraz, el punto es que estas parodias muestran para mi la realidad de lo qeu es un polígrafo en la scoeidad.
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No tengo experiencias con el polígrafo, no creo en su efectividad y me aterra pensar que más allá de que pueda usarse para poner a las personas en situaciones embarazosas, como en algún programa de televisión que existió, se usen sus resultados para juzgar y condenar a un inocente.
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La tecnología ha avanzado a pasos agigantados, tanto que la humanidad ha desarrollado instrumentos que pueden validar la veracidad de nuestras palabras. Pero, ¿Cómo es posible? Este instrumento esta diseñado para medir 3 puntos claves en las personas. Primero: Ritmo Cardiaco, Segundo: Respiraciones por Minuto y finalmente las Pulsaciones Nerviosas. Hoy en día, esta tecnología se usa en las pruebas de admisión por Recursos Humanos, este procedimiento se usa para el ingreso y contratación a diferentes empresas como: Entidades Financieras, Empresas de Seguridad y algunas Empresas del Sector Real, ¿Por que es tan importante? Sencillamente las Empresas deben garantizar y medir esa CONFIABILIDAD en sus empleados y saber de antemano que es verificable y autentica. Sin embargo, pensar en este instrumento te analiza, te interroga y escudriña de alguna manera todo lo que hemos vivido suena interesante y a la vez caótico. La angustia de enfrentarse con la verdad pasada y presente de nuestra vida; el temor a ser expuestos a una verdad que no queremos oír o más bien interpretar. Conozco acerca del tema, ya que tuve una experiencia cercana, en donde pude vivir de forma indirecta esta situación. Finalmente, el instrumento no mide los nervios de las personas sino que se enfoca en la VERDAD y TRANQUILIDAD con la que se responden las preguntas.
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Si bien el polígrafo es un instrumento que mide algunos parámetros corporales, me parece un tema interesante y me causa mucha curiosidad el solo pensar que hay mentes tan hábiles que son capaces de engañar al instrumento. Ahora bien, viene a mi mente la frase de mamá «Venga para acá, míreme a los ojos y dígame qué pasó», seguramente si lograste engañar el polígrafo en los ojos de mamá cuando eras infante, la máquina no te generará inconvenientes, por que lograste controlar tus emociones, la ansiedad, el estrés y hasta tus propios pensamientos.
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Siempre pensé en lo asombroso que sería tener un polígrafo, sí, ese aparatico que te permite saber si alguien te miente; conocer realmente su efectividad, cerciorarme en si puedo ocultar mis acciones y mentiras, aunque más importante aún, poder controlar mi respiración y cada diminuta ejecución en mis actos, convencer a mi cerebro de que simplemente estoy diciendo la verdad, y que nunca me descubriesen. Me gustaría probarlo en mi y con personas que conozco y, por qué no, también con desconocidos y con la vecina que siempre está contando historias. Pero entonces no seria justo, se perdería el misterio, no habría lugar a la duda, a vacilar, el miedo a tener que confiar y creer. Pero si lo tuviese, bien que lo utilizaría a mi voluntad y como se me viniese en gana. Imagino mi cara de satisfacción al saber todo aquello que en algún momento me pregunté, un momento, ?sería de satisfacción?, más bien de desconcierto o decepción, por tener la claridad de que todo lo que sé, no es nada más que la verdad.
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Particularmente asocio el polígrafo en la estrategia militar y en este tipo de entidades, sin embargo en los últimos años, este artefacto a sido utilizado en algunas empresas para contratar a sus colaboradores, por tal razón me atañen varias preguntas?
– Realmente es confiable la información aportada por estos aparatos?
– Si la información aportada por el polígrafo es 100 %veras, y puedes generar cualquier tipo de pregunta para que contratar un psicólogo?
-necesariamente sudas cuando mientes, si el ritmo cardiaco mide la capacidad de mentir, entonces el corazón es un polígrafo natural.
– la humanidad esta por debajo de la tecnología y esto lo digo en el caso: si una persona no miente pero el polígrafo dice que si miente, entonces la confianza, el beneficio de la duda queda en un segundo plano, que prima el polígrafo o el entrevistado?
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Identificar una memoria que se relacione con el «polígrafo» pareciera a vuelo de pájaro una tarea fácil, pero ir recorriendo caminos en la memoria para identificar uno de tantos y decidir si es el preciso se complica un poco. Luego de tanto pensar decidí elegir la memoria por la sensación que me generó la palabra «polígrafo», y me llevó directamente al primer encuentro que tuve con una psicóloga.
Tenía 8 años y estar allí sentada, en frente de ella, no me permitía diferenciar entre el miedo y los nervios, previamente mi mamá me advirtió que no podía mentirle porque ella lo iba a notar, y fue muy enfática cuando me dijo «responda todo lo que ella le pregunte». Así fue, Treinta minutos dudando de mis verdades, cada pregunta era un suplicio y yo, solo me esforzaba para que hasta mis suspiros tuvieran el aspecto de la honestidad.
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Jamás me he tenido que sentar conectado a uno de estos aparatos, sin embargo al leer sobre este, me doy cuenta que es nada más que las reacciones fisiológicas a estímulos incomodos. Que más cambios que aquellos que soy consiente, que más cambios que mi propio cuerpo.
Simplemente recuerdo los grandes problemas que tuve en mi niñez por las «mentiras» y lo mal que me iba por esta razón. Las golpizas que me acarreaban y mis ideas ingenuas y tontas para cubrirlas que solo me causan risa en este momento. Sin embargo, no se si sea condicionamiento o simplemente programación pero ante una mentira, todo en mi se altera y me es imposible hacerlo. Soy pésimo melómano.
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¿Qué les produce miedo?
¿Que una máquina sepa más de ustedes de ustedes, o que ustedes no sepan nada de ustedes?
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Desde los siete años empecé a sentir que mis conversaciones con aquella persona no surgían de un genuino interés en mi persona, era claro que cada pregunta buscaba convertir mis respuestas en flechas con las que, por el resto de sus días, me iba a recriminar mi inocencia.
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Todos los días en la mañana me miento cuando decido pararme de la cama.
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Recuerdo que cuando era pequeño, me iba muy mal en el colegio, y para evitarme problemas con mi padre, siempre le decía que todo estaba bien (costumbre que todavía tengo a día de hoy). Él, molesto, me hizo un día jurar que si seguía diciéndole «mentiras» me llevaría a un polígrafo. Nunca lo hizo, supongo que el también tendrá que ir.
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Hace poco mi hermana tuvo un examen para una entrevista. El examen consistía en responder una serie de preguntas sobre su vida, las cosas poco éticas que pudo haber realizado o no. Me inquieta pensar que una maquina pueda realmente reaccionar a si decimos la verdad o no por solo nuestros instintos, nuestras reacciones nerviosa. Además, es curioso porque tener algo tan simple como la rinitis puede afectar el resultado, tomar, fumar o cualquier cosa puede afectarlo. Entonces cuestiono sí son verídicas este tipo de pruebas, que puede medir si estoy diciendo mentiras o si el impulso que tuve no era un estornudo o una reacción diferente del cuerpo. Mi hermana con una hoja de vida intachable no paso esa prueba, por estar agripada.
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