47 comentarios en “Juegos (Games)

  1. Mazinger Z, traidor:

    Un recuerdo viene a mi mente sobre los juegos. Tendría 9 años, quizás. Vivía en un apartamento en el barrio San José, al sur de la ciudad de Bogotá. Era un espacio amplio para nuestra familia (mis padres y una hermana). Como muchos de los apartamentos de esa época, el piso de la sala de estar y el comedor eran de madera. Al lado de la sala, limitada por una puerta, estaba la sala de tejido de mi mamá, que era convertida en salón de juegos, pues no salí mucho a la calle. Mis excursiones al mundo externo eran muy limitadas. Mi mamá siempre fue algo reservada con que jugara con otros niños en la calle, pues temía que me pasara algo. En consecuencia, me habitué a jugar solo (hasta cuando llegó al mundo mi hermana). Básicamente, mis juegos eran un juego de construcción de historias alrededor de los juguetes disponibles. El que mejor recuerdo y me emociona aún, era la construcción de una ciudad con cubos de madera, cubos de un rompecabezas de una jirafa, que servía a los propósitos secundarios de una mente infantil. El resto del decorado eran autos majorette y figuritas de plástico (desde el típico soldado de infantería hasta el chavo del ocho y el profesor jirafales, cortesía de los pasabocas Yupi). Digamos que era un poco kitsch (sin saberlo). La vida de esta ciudad era de pronto sacudida por pasos de terror: Mazinger Z que, contrariando sus principios de cuidar a los humanos, se ensañaba, a punta de misil, contra todo lo que se le antojara. Las consecuencias de un robot con intenciones de destruir todo eran las esperadas para la pobre ciudad: edificios arruinados, personas muertas, autos incinerados, caos y horror de sus habitantes. Después el tiránico Mazinger Z se iba, quizás orgulloso de su fuerza desmedida. Hasta ahora caigo cuenta que en mis juegos la trama de la serie de TV era levemente modificada por mi intención de destrucción. Lo bueno es que la ciudad se reconstruía mil veces y el papel de mi Mazinger se repetía como una promesa a ser cumplida, una y otra vez. Sin cansancio.

    Le gusta a 1 persona

    • La palabra me lleva a recordar las vacaciones que solía pasar con mi hermano en una vereda de Boyacá, allá vivían mis abuelos y unos primos, donde con uno de ellos compartíamos bastante desde las actividades de apoyo con el ganado como los juegos, pues en la mañana se jugaba banquitas o chutes, hacíamos el arco con palos de eucalipto, también teníamos espacios en los que jugábamos canicas, generalmente nuestro primo era el ganador, definitivamente la gente de campo tiene más pericia que los de ciudad en muchas cosas. Finalmente las noches después de la comida terminaban siendo de jugar a las escondidas, tan interesante se hacía por la estructura de la casa e interacción con la vegetación, que algunos mayores se unían al juego, realmente unos tiempos muy chéveres.

      Me gusta

  2. El solo hecho de mirar la palabra juego evoca muchos recuerdos y mas de cuando estaba pequeña, recuerdo que llegaba a mi casa después del colegio hacia todos mis deberes rápido para poder tener mas tiempo para jugar con mis amigos de la cuadra o del barrio, solíamos jugar toda la tarde y parte de la noche para mi no había hora cuando se trataba de jugar nosotros sabíamos que se terminaba el juego cuando alguna de nuestras madres se asomaba para entrarnos a la casa, esos son recuerdo que por mas que pasen los años no se van a poder olvidar.

    Me gusta

    • …recuerdo cuando empezaba el periodo de vacaciones, me encontraba en casa de mi abuela materna con mis primos y primas que además tenían muchos amigos en el barrio.
      Yo añoraba salir tan pronto amaneciera con mis primos para poder jugar todo el día; los juegos de nuestra época eran muy divertidos además compartías e interactuabas con los demás niños y niñas, algunos de los juegos que recuerdo son yermis , ponchados, rejo quemado, tin tin corre corre, quemo la olla, congelados, soldado libertador, golosa, escondidas, armábamos patinetas y carros esferados con maderos y ruedas de rodamiento. El día no alcanzaba para realizar todo lo que se planeaba así que continuábamos de nuevo al día siguiente los recuerdos que existen en mi memoria de aquella época son fabulosos y en verdad era muy feliz con muy poco no era necesario un celular de alta gamma, ni la ultima consola de video juegos.» era fabuloso sentir que los demás estaban allí y que deseaban compartir el momento y experiencias» todo ha cambiado y seguirá cambiando con el transcurrir del tiempo que además va a un ritmo desenfrenado debido a las actividades propias del ritmo de vida actual para todos los seres humanos.
      No me adapto a interactuar con un dispositivo en el cual el que realiza la acción es un personaje (Avatar) por que yo le doy la orden es decir cuando oprimo X el salta, si oprimo la flecha de la derecha el gira es algo que no dimensione cuando niño pero que ahora de adulto lo vivo.

      Me gusta

  3. Es una pagina genial y muy enganchadora. y estaría bien para una mejor experiencia poder tomar una historia con posibles finales y que el usuario dependiendo de sus gustos o de sus experiencias pasadas, pueda dar dirección a la historia. de cierta manera seria una re-mediación parecida a algunos tipos de videojuegos ya que en estos se puede dar dirección a la historia según los gustos del usuario.

    Me gusta

  4. recuerdo cuando era pequeño y no teníamos celulares, ni ningún tipo de tecnología, que nos divertíamos solo con canicas o con trompos, yo solo pensaba en jugar, no me importaba en lo absoluto que pasaba al rededor de mi, lo único que hacia era pensar en salir al recreo o al barrio con mis amigo para aposta quien tenia las mejores labilidades.

    Me gusta

  5. Esta palabra me recuerda a cuando empecé a jugar a mis ocho años con una Gameboy. Ese aparato quehoy es un ladrillo, en ese entonces era portabilidad pura y diversión sin límites. Los juegos que más llegué a jugar fueron Super Mario Land 2 y Tetris. Es impresionante cómo hoy estas dos sagas de juegos han evolucionado. Por otro lado, tengo el recuerdo de cuando jugaba con mis amigos en el parque de mi barrio a las escondidas, con canicas, con los juegos del parque y mucho más.

    Me gusta

  6. De pequeña siempre quise tener una consola de video juegos pero eran un poco caras y creo que nunca se los dije a mis papás, mucho de mis compañeros tenían una y comentaban sus experiencias, con el tiempo crecí y encontré un mundo más maravilloso, la lectura que me lleva a imaginar mundos que todos podemos pensar de maneras diferentes.

    Me gusta

  7. Los juegos hacen parte de mi vida, los mejores recuerdos están marcados por la alegría que cada uno de ellos me proporciona, jugar, reír pelear, sean clásicos o muy modernos la palabra juegos significa mucho, tanto en mi labor como mi rol. L as herramientas que proporcionan y las dimensiones que se desarrollan con este tipo de herramientas, hacen que a pesar de los complicado que resulta hoy por hoy vivir, se debe sacar tiempo para los mismos.

    Me gusta

  8. Hay muchos juegos de la infancia que hacen añorarla, es lo que más se disfrutaba, el poder compartir y disfrutar de la emoción de participar en diversos escenarios y perder solamente tiempo, y ganar diversión y buena compañía, los juegos son parte de nuestra vida, pasa que cuando somos adultos nos olvidamos un poco de ellos.

    Me gusta

  9. Cuando vi las palabras animadas, pensé que se podía jugar con ellas, al observar el entorno dividido en dos recordé, que mi acercamiento a este tipo de este escenario era “Tetris”. Me centré en “el invitable Pacman”, pero también se puede visualizar que “Age of empires” es otro de los juegos, más actuales, que he observado que mi hija y mis estudiantes suelen explorar.

    Soy profe de Tecnología e informática, y me gustó la experiencia este año de enseñar programación reconstruyendo el entorno gráfico de Pacman, ver a mis chicos con posibilidades de acercarse a modificar los personajes como el fantasma, imaginar otros escenarios, otras variables, programar la puntuación y generar nuevos niveles en el juego.

    Me gusta

  10. Solíamos salir del colegio a las 12:30 con destino al barrio restrepo donde se encontraba las salas de juegos de maquinitas. (Pac-man, naves o marcianitos) Se compraba los créditos que eran una especie de moneda con ranuras por ambas caras. Julio era uno de los mejores jugadores, solo compraba un crédito, porque tenía uno mágico, le había amarrado un hilo para jugar toda la tarde.

    Me gusta

  11. La palabra juegos y videojuegos es algo muy apegado a mi ya que crecí rodeada de videojuegos y aun lo estoy. Mi primera consola de videojuegos (compartida con mis hermanos, claro esta) fue la Nintendo 64 y casi todos los juegos de Mario para esa consola lo teníamos. El sentimiento que evoca en mi es un sentimiento de familia, porque siempre que jugaba estaba con mis hermanos y por lo tanto jugar para mi es una actividad familiar. Los Mario Party son un juego que marco mucho mi infancia y como veía a los juegos: que se pueden compartir, que se puede ganar o perder, que se puede disfrutar y reír. Las cosas básicas de la convivencia las reforcé con un personaje hecho de pixeles lo suficientemente pequeños para que no se viera cuadrado.

    Me gusta

  12. Al mirar la palabra juego vienen muchos recuerdos de niña, cuando salía a jugar con los otros niños hijos de los vecinos de mi casa, recuerdo juegos como la lleva, el soldadito libertador, rejo quemado. Los niños que jugaban cinco huecos, yermis, ponchados.

    Todos esos juegos que hacían del tiempo de vacaciones, el más corto. Hoy que uno ve los niños absorbidos más por las tecnologías y los artefactos, con juegos personalizados que los hacen más individuales y poco les permiten compartir. Pienso que aun desde los mismos juegos de niños las nuevas generaciones son diferentes y seguirán cambiando y que esto contribuye a construir sociedades más egoístas e individualistas.

    Me gusta

  13. Para mi, el juego consite en un momento en el cual recuerdo cuando era joven y buscaba la felicidad en solo derrotar a los demás; el tiempo, transcurría más rapidamente y también, la diversión era escaza. De una manera egoísta no podía nada más que autosatisfacerme y lograr así mis logros de solo divertirme a pesar de los demás. Hoy en día me doy cuenta que esto va más allá y que en consecuencia a todos mis actos, ya no veo el juego igual. Desearía jguar como antes pero siguiendo las reglas y así tener mayor compañía de quienes fueron mis amigos.

    Me gusta

  14. Juegos…tan distintos pero con el mismo objetivo, para Mí, muestran alternativas de solución de problemas, a través de un contexto. Esta palabra evoca en Mí, la época de los 90´s, cuando el fenomeno del NiÑo por poco acaba con las reservas hídricas de nuestro país, y aprovechabamos al máximo la luz del día para hacer tareas y después que habia el corte de luz a las 5pm, saliamos a jugar a la calle, cuando todavía no existia tanta corrupción ni peligro para nosotros; jugabamos cuanto se nos ocurria cuando la oscuridad no daba para más, nos sentabamos en el anden enfrente de alguna casa por lo general la mía y prendiamos una lampara de petróleo que alumbraba bastante, así construiamos historias como si fueramos grandes oradores tradicionales, contabamos también las historias que nuestros padres y abuelos nos contaban.

    Me gusta

  15. Los juegos siempre me devuelve a la edad de 10 años, cuando mi familia me regalo por primera vez una atari que en esos momentos era lo ultimo en tecnología, yo era sumamente feliz con ese objeto que muchas veces perdía la noción del tiempo y evitaba compartir un bonito espacio con mi hermana .todo por el video juego.
    ahora hacemos una comparación donde los niños perdieron la cultura de salir a la calle a jugar con sus vecinos con un simple balón o de ir a saltar la cuerda con los mismos a estar englobados al frente de una pantalla sea de celular o de televisor.

    Me gusta

  16. Constanza Acosta

    La infancia, el recuerdo y la imaginación, en la memoria de un pasado que es latente por la diversidad de las oportunidades… Juego, diversión, compartir, siempre con el afán de ganar, Pacman el inevitable, una ilusión. No todos tenían en mi infancia las mismas oportunidades de acceder a los juegos importantes de la época, algunos tan solo observaban desde lejos a los otros niños mientras se divertían con algunos artefactos novedosos como los videos juegos, el famoso Mario Bros, quien no querría llegar al final del tablero con todas las vidas y el panadero para el siguiente reto. Los juegos en pasado o presente siempre evocan la infancia, pero sobre todo la oportunidad de ser feliz con algo sencillo, pero que puede convertirse en inolvidable.

    Me gusta

  17. Cómo olvidar las tardes de los viernes en que nos reuniamos para jugar con la gente de la cuadra, aquel mundo sin preocupaciones. El afán de ganar era el máximo objetivo. Nada mejor que un juego al aire libre que siempre llegaba a su fin cuando caía la noche. Luego la tecnología llegó a mi vida, todavía puedo verme jugando Space Invaders en el Atari 2600 de mi hermano. Aunque los video juegos nunca fueron mi pasión, mi amigo Luis siempre me invitaba a jugar en las consolas que siempre recibía como regalo de navidad. Fueron tan memorables los momentos de juego en mi infancia que ocasionalmente disfruto jugando con mi consola retro Atari 2600 y por supuesto nunca he dejado de lado los deportes al aire libre que siempre amé.

    Me gusta

  18. Una de las palabras más importantes en mi vida, la que ayudó a forjar el destino de lo que quería ser en mi vida, soy docente de educación física y mis planes de clase giran en torno a la palabra juego, Mi juego favorito de niña era a ser profesora, y termino siendo una hermosa realidad. El juego es el principal recurso de socialización entre los niños, es el elemento más importante en la educación inicial, logra desarrollar habilidades de tipo motriz y cognitivo. El juego va en nuestra esencia, nos convierte en personas competitivas, seguramente es la base que permite generar grandes seres humanos, mejora tu estado de ánimo, pero el juego no solo se asocia a las edades tempranas, también a los adultos les gusta jugar, existen para todos los gustos e intenciones.

    Me gusta

  19. Vaya, solo de ver la imagen del piquis me transportó a mi barrio, Nueva Roma. Maras, petroleras, cristal y Bolones eran los tipos de canicas con las que jugábamos cuadrito, además jugábamos carreras con hotwheels por el parqueadero del conjunto con una serie de obstáculos que ni el Dakar puede tener y el fútbol, que desde niño ha hecho parte de mi vida, mis alegrías y frustraciones, la zurda mágica me decían mis amigos. Por otra parte siempre quise una consola, bien sea la Nintendo, desde la Family hasta la Nintendo 64 o PlayStation, Recuerdo que en el centro comercial habían maquinitas y costaba $500pesos la hora, todo un desafío pues l retirarse existía la altísima posibilidad que se borrara el avance del juego( no había memoria stick)pero mis primos y amigos siempre compartieron esa pasión por los juegos y entre todos reuníamos $5000 pesos del alquiler de una consola por el fin de semana, sin duda el primer acercamiento a la virtualidad.

    Me gusta

  20. Uno de los juegos que mas recuerdo de mi infancia era el de las cogidas, donde una gran parte de los del barrio jugábamos hasta el atardecer corriendo de un lado a otro tratando de ser capturados por el compañero.

    Otro de los juegos que constantemente se practicaba con los vecinos del barrio era jugar partidos de futbol hasta que uno de los equipos logra vencer a su adversario con un total de 10 goles, no faltaba que se pidiera el gol de la revancha para decir así el ganador final.

    Me gusta

  21. Uno de los juegos más recordados de la infancia fue quemado, con la pelota de baloncesto. Recuerdo jugar en la cuadra de abajo de la casa con los demás niños del barrio y como olvidar la tronchada de mi dedo meñique de la mano derecha. Aún conserva un poco de la curvatura que dejó este hecho.
    No fui, ni soy de muchas amistades, por el contrario cuento con muy pocos amigos, por esto no tengo mayores recuerdos de juegos, pues con quien aproveche y compartí mi niñez fue con un tío con el que vivía y nos llevamos seis meses de diferencia en edad. Con el tuvimos pollos, partimos vidrios, se colgó al toldillo y lloramos porque el perro se nos comió los pollitos de colores.

    Me gusta

  22. Mi mejor recuerdo y que aun sigo viviendo, es el jugar en familia con mis padres y mi hermana la baraja española. Mi papá nos enseñó a jugar y desde entonces cuando nos reunimos jugamos en la mesa del comedor acompañados de un tinto o un chocolate.
    Pienso que es uno de los ratos más agradables que pasamos juntos y que gracias a Dios aún tengo la fortuna de compartir.

    Me gusta

  23. Mi niñez la pude compartir con mis hermanos y primos, no teníamos la necesidad de buscar amigos afuera, en la calle, ya que éramos varios y contemporáneos, entre risas, pleitos y disgustos disfrutábamos; en algún momento en los años 90 le compraron a mis primos un Nintendo, el cual para la época era lo máximo, lo compartíamos, pero el que era más ágil, ese era el que más disfrutaba, ya que la condición y el sentido común indicaba que si ganaba x juego, podía seguir hasta que se le acabaran las vidas o fuera derrotado por alguien. Personalmente me encantaba Mario Bross, me la pasaba jugando en las madrugadas mientras el resto dormía, pasando los diferentes niveles y obteniendo las 100 vidas para poder disfrutarlo más, invirtiendo el tiempo, en lo que su momento era llamado, felicidad.

    Me gusta

  24. El juego fue, es y será un elemento clave dentro del nuestro proceso de socialización, al practicarlo empezamos a identificar elementos importantes como las reglas, de mi infancia tengo grandes recuerdos que se relacionan con estas actividades, para mi jugar era símbolo de amistad, tranquilidad, unión, aprendizaje, recuerdo cuando habían fiestas familiares nos reuníamos con mis primos en un lote que quedaba frente a nuestra casa y jugábamos yermis, escondidas, rejo quemado mientras los adultos se encontraban en la fiesta, nosotros los niños de ese entonces nos divertíamos jugando y compartiendo, nos caíamos, pero con tal de seguir jugando no le decíamos a nadie. Ojala los chicos de hoy pudieran disfrutar de esa oportunidad de compartir con otros realizando juegos al aire libre.

    Me gusta

  25. Como si fuese niño cada vez que tengo la oportunidad me uno a un juego con mis primos, sobrino e hijo, considero que estos espacios vitalizan y sobre todo me mantienen en una dinámica necesaria dentro de la labor que desempeño.
    Crecí en una casa familiar en compañía de mi hermana y dos primas, hasta allí tal vez era impensado desarrollar los juegos que me gustaban, pero no fue así. Uno de los juegos que mas disfrutaba era el futbol, tan simple como colocar unas piedras y conseguir una pelota, la terraza de la casa, fiel testigo de épicos juegos que duraban lo que los jugadores aguantarán y sin importar nada ganaba quien anotará el ultimo gol. Cuando nos reunimos recordamos tantos juegos, risas y pilatunas, y los mas pequeños se ven tentados a preguntar, a revivir, así solo sea cuestión de un instante.

    Me gusta

  26. Recuerdo mucho que debido a mis condiciones de salud no salía a la calle a jugar. Yo nunca supe lo que era interactuar con amiguitos en la calle y jugar rejo quemado, yermis, escondidas, entre otros. Mis primos venían a mi casa a jugar conmigo, se hicieron comunes juegos más pasivos como jugar al colegio, lotería, parqués, bingo, a la cocinita y con eso yo era feliz a pesar de mis limitaciones. Con los años, con mucho esfuerzo mi mamá me compró un atari tipo FAMILY , para mí era lo máximo. Aunque no era muy diestra, me encantaba jugar Mario, Pacman, Islander, Bomberman, tetris… aún lo recuerdo, recuerdo la música de cada uno, recuerdo los alegres momentos con mis primos, recuerdo las trasnochadas tratando de pasar de un nivel a otro. A pesar de las carencias tanto económicas como de salud, se tuvo una bonita infancia.

    Me gusta

  27. Ud me dijo juegos? jajaja no se imagina lo que para mí son los verdaderos juegos, ¿Quién dijo Play Station o Xbox? esos son bobadas comparadas con lo que realmente era jugar, prepárese porque le coy a contar los juegos que disfrutaba y que hoy en día recuerdo.
    Comenzaré diciendo que nada mejor que ser un niño expedicionario, saltar tapia del colegio para volarse a la falda de la montaña recorriendo el caño en busca del sitio perfecto para saltar y pasar al otro lado, con el miedo de caerse en el caño, no porque uno se fuera a enfermar, sino porque tocaba lavar la ropa que terminaba oliendo a demonios, ¿más juegos? claro que sí, trineo en pasto!!! este se resume en coger un pedazo de cartón, ir al pastal de la falda de la montaña, sentarse en el y dejarse respablar cual rodadero, aún hay más!!! las canícas, en especial las valiosas ptroleras o las potas maras, sin olvidar claro esta a los balines y los bolones, ahora recuerdo las bodoqueras, tubos de PVC delgados donde se insertaban dardos de papel (algunas veces con alfileres) para soplarlos sobre los vecinos y amigos como si fueramos indiesitos, y continúo, el tompo, la coca, las caucheras (uyyy síiiii, las caucheras) las armas de tapas hechas con resorte de calsoncillo y tapas de gasesosas litro, el jaz, súper triunfo, parqués, ajedréz, jugar a la banda de rock dañando las ollas de la casa, el carrito de balineras, el aro (coraza de bicicleta que se hacia rodar con un palito), entre muchos otros que se me pasan en este momento, esos sí eran juegos!!! los ponchados y jermis!!! recordé…. todo lo anterior es aquello que muy pocos niños y jóvenes hoy en día podrán disfrutar desafortunadamente. Ellos nunca conocerán el dolor de un balón de futbol arrastrado por el caño jejejeje

    Me gusta

  28. Los videojuegos representan toda una subcultura, subcultura que subsume e invade las voluntades de las personas, particularmente niños que algun día llegan para quedarse, cada persona tiene su propis historia personal de VideoJuegos y ese recorrido le da una impresión en la cultura
    mis preferidos: Warcraft 2, Lost Vikings, Doom 2 NES o MAME, actualmente veo a mi hija jugar Roblox y Minecraft no lo entiendo, para mí no se hicieron, yo me quedé sembrado en los tiempos del AbandonWare pero finalmente no me pesa.

    Me gusta

  29. Recordar los instantes de mi infancia me ha colmado de diversas emociones. No es que no lo haya hecho nunca antes, sin embargo, no es un ejercicio que haga todos los días, no en la profundidad que lo hago ahora en este corto ejercicio. Sentí al ver la bella imagen el recuerdo de mi miedo al dejar mi infancia, ese miedo mezclado con nostalgia en donde se entrelaza la incertidumbre y la alegría infantil.
    Recuerdo momentos increíbles decorados con el sonido fabuloso de las bolitas de cristal, en donde pasé mucho tiempo divirtiéndome con mi hermano Pachito en el solar de casa, junto a mi perro Tribilin y mi hermosa madre Silvia que hoy descansa, esa dulce sonrisa, esa mirada de preocupación y bondad, ese regazo cálido y amoroso, ese olor mágico y placentero que emanaba de su blusa y de toda ella, esa paciencia, ese afán por darnos felicidad. Ella era mi dulce madre. Una época de añoranzas, de calma total, recuerdo los olores, sabores y ruidos del patio, los insectos protagonistas de luchas mágicas en la mente infantil, mi vida de chocolate y de amores eternos que quedan en mi mente y corazón para siempre.
    Fueron las primeras experiencias del regaño de papá por quedarme tanto tiempo en el solar de casa, las primeras experiencias en las cuales comprendí que cada acto lleva a un efecto y empecé a crecer y a entender que solo en la infancia logras el perdón de las travesuras, que solo en la infancia lloras y ríes con la misma intensidad y sin darle valor a nada más ni a nadie más, que solo en la infancia se vive plenamente y sin miedos. Entonces aprender de lo que era y regresar, hacen del recuerdo un bello escenario de aprendizaje.

    Me gusta

  30. Recordar mi infancia, los juegos en la calle, los amigos y amigas de la cuadra, el poder salir de casa y pasar horas jugando. Ver lo feliz que fui en mi vecindario. Revisar el pasado y darme cuenta que no existía tanta tecnología , en esos tiempos salía al mercado el primer celular móvil, nada como hoy en día. Era un celular pesado, grande y con un juego icónico llamado «culebrita» , a pesar de ello, en aquel tiempo gozábamos de una Libertad permanente. El jugar Yermis, Stop, Beso Robado, Rejo Quemado, entre otros, me llenan de una profunda felicidad y alegría. Desafortunamente en la actualidad, observo que estos juegos se han perdido y ahora solo se usa el Portátil, Celular, Tablet…. Antes los padres de familia debían llamar a sus hijos para entrar a casa y ahora deben hacer de todo para que salgan y se despeguen de la tecnología. En fin, han sido realidades y situaciones diferentes.

    Me gusta

    • Hola Marlén, al igual que tú, recuerdo con añoranza aquellas tardes de juegos colectivos con los vecinos de la cuadra. La tranquilidad que reinaba entre padres e hijos al poder estar fuera de las casas tardes completas sin contemplar posibles peligros o amenazas para nosotros. La imaginación sobraba a la hora de crear juegos y ajustar sus reglas. También recuerdo lo importante que era no golpear con el balón las puertas de algunos vecinos pues aquello acarrearía, probablemente, la culminación de la diversión y el regaño de nuestros padres. Gracias a esos juegos fortalecíamos lazos de amistad, desarrollábamos habilidades motrices y participábamos en equipo. Infortunadamente, esas actividades fueron sustituidas por rutinas más individuales y aisladas del otro.

      Me gusta

  31. La imagen me recuerda momentos de mi niñez , recuerdo cuando mis hermanos se la pasaban en la cuadra con sus amigos jugando «piquis», llegaban a la casa con un montón de bolitas que mi mamá no sabia donde guardarlas. Esa etapa fue muy divertida no existían los celulares y los video juegos o computadores eran muy costosos lo cual no podíamos ascender por nuestra situación económica. Pero no nos faltaba realmente se disfrutaba con esas simples actividades.
    Hoy en día siento que el celular, xbox, TV, entre otros son elementos que no dejaron que los niños de ahora los conocieran, además en cierta manera los padres tienen un poco que ver en esta situación al darle a sus hijos celulares a una muy corta edad.

    Me gusta

  32. Juegos me remonta a la edad de 13 años cuando salía a la cancha de microfútbol muy cerca ,casi al frente de mi casa en donde practicaba «la recocha» por largas horas midiéndome con grandes en edad y en talento. No le tenia miedo al impacto del balón por mas intimidante que fuera el oponente porque tenia la seguridad de saber y entender el juego, seguridad de la que era ausente en mi personalidad . También me respaldaba mi talento para con el balón pues me gustaba jugar como decía el gran pele mostrando un ‘Jogo Bonito’. Hoy me sorprende lo libre que me sentía jugando hasta 4,5 u 6 horas seguidas y también la capacidad física para aguantar. Hoy he dejado pasivo ese talento, claro esta que sin perderlo; mas bien guardado para cuando la oportunidad ocasional amerite traerlo en alguna ocasión. Sorprendentemente no me fascina ver jugar o estar pendiente de las ligas y torneos pero si la fascinación de jugar y ser competitivo. Pienso que cualquier juego forja el carácter y la personalidad.

    Me gusta

  33. Concuerdo con los comentarios de varios compañeros, los juegos de mi infancia dejaron muy gratos momentos y recuerdos inolvidables, después de cada juego siempre había espacio para departir, hablar no solo de los juegos, también de conocer las experiencias de vida de los amigos o compañeros de juego, su forma de pensar, los gustos, las preferencias, por ejemplo, recuerdo que cada uno tenía un sobre nombre. A través de estos juegos alcance varios aprendizajes, me ayudaron a fortalecer los lazos de amistad y compañerismo, también a socializar, a respetar la opinión de los demás, a perder así como a ganar, aprendizajes que ayudaron a formar mi carácter y personalidad.

    Me gusta

  34. LAS TARDES ERAN DE ELLOS
    Época de vacaciones, la rivalidad se había sentenciado horas antes en mi conjunto, Jorgito, el mejor de la segunda etapa empezaba la convocatoria de su escuadrón, eran sus amigos, sus primos, los amigos de los amigos y sobre todo su hermano quienes se armaban para la batalla que se avecinaba. Yo también empezaba mi reclutamiento, éramos entre 10 u 11 amigos, los cuales estarían en el campo de guerra, algunos por talento, otros por amistad y algunos otros porque no había más. el día anterior la consigna era entrarse temprano, portarse bien y hasta ayudar en la casa, todo para que, al día siguiente, el día de la batalla, no tuviéramos ninguna baja por castigo, solo esperábamos que no existieran visitas sorpresas de la tía o ningún regaño inesperado.
    la cita era más o menos a las 9 a.m., en el parque del conjunto, con árboles que hacían de arcos, paredes que hacían de líneas finales y bancas que hacían de graderías para los espectadores, esos 3 o 4 hermanos menores de algunos guerreros que eran la condición inherente para poder salir de la casa.
    cada grupo llevaba sus elementos de pelea, algunos más acabados que otros, camisetas de diferentes equipos, tenis converse de 15000 comprados en «la pajarera» en Kennedy central, y hasta canilleras llevaban los más lujosos y chicaneros. determinábamos la cantidad de personas según los que pudieron salir. si ellos eran 9 y nosotros 11, dos de nosotros descansaban pues el cambio de bando era prohibido, acompañarían a los miles (los 3 o 4 hermanos) de hinchas asistentes, y hasta a veces tomaban el papel de Maturana, pues sacaban todos sus conocimientos, aunque sus consejos no fueran escuchados.
    un piedra, papel o tijera definía quien atacaba primero, esa era la primera batalla, Jorgito frente a mí, yo frente a Jorgito, más de 30 ojos pendientes de dos manos, algunos para celebrar, otros para reprochar. el saque se definía, el objetivo también mínimo 15 aciertos para ganar, que según la rabia del perdedor podían extenderse a 20 0 25. cada comandante cuadraba su batallón, no se sabía de tácticas, solo se pedía ánimo, esfuerzo y sudar la camiseta. una aprobación dada por un movimiento de cabeza era la llama que daba inicio a otro épico enfrentamiento, etapa 3 vs etapa 2, ellos contra nosotros, Jorgito contra mí. el balón tocaba el suelo, hacia su primer giro y todos absolutamente todos en ese momento sabíamos que la felicidad o la tristeza de la tarde dependía de ese resultado.
    La colombiana y el Roscón serian del ganador del partido y el otro equipo tendrá que ahorrar otra semana más, para poder volver a entrar al ruedo. las tardes eran de ellos, de los ganadores, que paseaban por todo el conjunto ensanchando su triunfo, las tardes eran perdidas para quienes veían desde sus ventanas a los que ganaron, mientras se preguntaban ¿si ese tiro que fallaron hubiera terminado en gol, el partido hubiera sido diferente?.

    Me gusta

  35. La casa de mis abuelos era el centro de juegos con mis amigos del barrio, allí crecí compartiendo con ellos cada tarde sacando juguetes por doquier para dejar volar nuestra imaginación en cada juego que se nos ocurría. Y qué decir de esas otras ocasiones en las que después de «ganar puntos» en la casa para que me dejaran salir a jugar la lleva, las cintas de colores, yermis, escondidas o correr hasta el laberinto de la construcción nueva para adentrarnos en ese paraíso de niños; cada juego traía inmersa una alegría que nos duraba hasta eso de las 7 pm, cuándo se asomaban los padres a llamarnos para cenar. Anhelábamos el siguiente día para nuestro encuentro y más aún el fin de semana cuando podíamos reunirnos la tarde entera para inventar recetas jugando al restaurante, o dar las noticias detrás de la silla del comedor acomodada como si estuviéramos en la televisión o por qué no maquillar a la amiga para mostrar los talentos de estilista….
    Es inevitable sentir nostalgia por aquella infancia que dejó huella de alegrías, imaginación, amistades y gratos momentos. Aprovecho aquellas tardes de ocio y le cuento a mi pequeña hija lo feliz que era en aquella época, con el anhelo de que ella se deje envolver por mis historias y quiera inventar su mundo de juego y fantasía con rasgos de lo que alguna vez su mamá vivió.

    Me gusta

  36. Crecí con los videojuegos.

    Han pasado muchas generaciones ya, desde mi origen tan humilde nunca he podido ser un un HARDCORE gamer consumidor.

    No hablo de las generaciones de tipos de culturas, hablo de la historia y evolución del diseño de consolas de videojuegos, que inicialmente solo podían reproducir algunos sonidos y algunos pixeles.

    10 generaciones han pasado desde 1960, por allá en los tiempos de la revolución cubana y la independencia, las mismas fechas del nacimiento de mi madre y mi padre. Son coetáneos todos estos eventos, y sin embargo creo que la historia en Colombia fue diferente, mi familia no creció entre videojuegos, de nuevo ese origen humilde no permitió que los permeara tan fácil.

    Ahora pese a mi carencia de consola, determinaron mi forma de ser, incluso de ser profesional, así enseño bajo las premisas de diseño de las grandes compañías de desarrollo de videojuegos sobretodo de la empresa NINTENDO que nunca ha dejado de ser la mejor empresa de producción de experiencias digitales, de hecho han tomado un rumbo muy interesante, se apartaron de las experiencias hiperealstas digitales en juegos, de esa competencia de las mejores gráficas y la máquina más potente, en diseñar nuevos servicios que briden experiencias para compartir de manera más práctica, y es el motivo porqué una NINTENDO SWITCH no es una consola de videojuegos sino de experiencias, más pequeña en dimensiones pero más potenten en reconocer qué es el entretenimiento.

    Quizá ya no soy tan humilde, pero ya no necesito una consola, el deseo de sentir las experiencias me hizo pensar en cómo diseñarlas y pasé de consumir a producir.

    ¿Preguntarme porque no existe la gamifación desde los años 60 si los videojuegos llevan tantos años, ha llegado tarde o hasta ahora ganan confirmación en la cultura?

    Me gusta

  37. Increible experiencia, pude recordar mi infancia a través de estas interacciones de esta hipermedia, podemos ver como a través de ciertos elementos comunes que tocan nuestras fibras por la relación de tiempos memorables con los tiempos actuales.

    Actualmente los videojuegos y el hipermedia se ha infravalorado debido a la rapidez con la aceleración de la virtualidad lo que ha causado que nuevas tendencias pasen a ser obsoletas en poco tiempo de uso, por ello es importante crear experiencias significativas en cada animación, juego o hipertexto que se desarrolle.

    Rescato del hipermedia esa habilidad de entrelazar juguetes, mesas, habitaciones, rasgos humanos y casas históricas con el sonido de frases consecuentes con una historia continua del relato.

    Me gusta

  38. Recuerdo que durante la infancia siempre tuve la oportunidad de jugar en el columpio, con arena, pero cuando fui adolescente jugaba Nintendo con mi primo Henry un juego de aventura llamado Simon Quest, el sabia todas las claves para avanzar niveles, me enseñaba pero se reía mucho porque yo movía el control como si de esa manera pudiese mover al personaje del videojuego, todos mis primos eran fanáticos de los videojuegos, de hecho los domingos era el día de visita en casa de la abue y allí llegaban todos, empezaban con con el famoso Super Mario, luego jugaban celda y así sucesivamente, muchos de ellos ya son adultos pero aman jugar.

    Me gusta

  39. Siempre he sido un apasionado por los videojuegos y las posibilidades que estos brindan. Recuerdo cuando mi papá me compró la «family», una versión bastante extraña de la consola de Nintendo NESS lanzada a finales de los 80, aunque para mí era la última novedad, sabiendo que era el año 2002. Sin embargo, ese mismo año tuve un encuentro casual con una Nintendo Gameboy Advance, con una infinidad de posibilidades nuevas gracias a los avances tecnológicos, sin embargo era un gadget que mi papá no podía costearme. Pasaron los año y siendo el año 2019, tengo finalmente mi primer consola, la Nintendo Switch, donde juego y paso mis tardes tal y como lo hubiera hecho en mi niñez, si en el 2002 hubiese tenido la Gameboy advance.

    Me gusta

  40. La imagen de las canicas me hizo recordar lo feliz que fui en mi niñez, junto a mis primos, amigos de barrio y de la escuela, jugar canicas era una de mis actividades favoritas, era un duro, tenía una gran colección de ellas, además, lo hacíamos en la tierra, eso le daba un plus al juego.

    Otro juego, era el trompo, y sin olvidar el yoyo, todos estos juegos permitían desarrollar nuestras habilidades, cada uno se sabía un truco con ellos, el famoso pico al aire, a bailar el trompo en la cuerda, en el yoyo, recuerdo el perrito, dormirlo y el columpio, qué tiempos aquellos, en los que la única preocupación, era que nos los decomisaran en la escuela, nos los escondieran o los perdiéramos jugando.

    Me gusta

  41. Mil y una memorias sobre la palabra juego, que aparecen como una cascada de ideas. Los mejores recuerdos sobre la palabra JUEGO emergen con una frase que sonaba en toda la cuadra del barrio en donde quedaba la casa de mi abuela cuando podíamos visitarla, esta frase sonaba a grito herido «¡Milena!, ¿puede a salir a jugar?». Mi mamá graciosamente entraba en «pánico» y buscaba mil excusas para decirme que no podía salir, sin embargo yo buscaba estrategias para convencerla, dentro de mis aparatosos diseños estratégicos para lograr salir a jugar «tarrito», funcionó uno que luego se convirtió en un acuerdo silencioso.
    Debía lavar los platos del almuerzo, pero también las ollas y de «ñapa» dejar el tinto hecho, era la llave a la dimensión de las rodillas raspadas y los zapatos sucios.

    Me gusta

  42. Desde que era bien pequeño (tipo 1º de primaria) he tenido contacto con los videojuegos. Al principio era como un pasatiempo, juegos de cubitos negros y sencillos que se modelaban para crear cosas como tanques y proyectiles generalmente. Después se fue convirtiendo paulatinamente en una actividad cotidiana, ya la complejidad, los movimientos dentro del juego y la reacción necesaria incrementaban, una etapa «dinámica». Y hasta donde va, ahora es un apoyo, no necesariamente benigno, en medio de una pila grande de responsabilidades, el dinamismo en algunos juegos ya es menor pero se compensa con estimulantes intelectuales (sentimientos fuertes, críticas sociales y comedia para aliviar las dos a ratos)

    Me gusta

  43. A mis 10 años asistía a una tienda de «maquinitas», como le decíamos con mis primos. Las maquinitas eran esos locales donde uno paga a cambio de media, una o más horas para jugar videojuegos. No se debe confundir con esos lugares donde están esos armatrostes grandes en los que hay que insertar moneditas a cambio de jugar un rato, no. Estoy hablando de esos espacios con televisores y las consolas último modelo y los campeonatos virtuales de fútbol o las balas contra alienígenas son los sonidos que más se repiten.

    Me encantaba ir estos lugares, pero más grandecito, cuando tuve mi propia consola, me di cuenta de que los videojuegos no eran mi pasatiempo favorito. Lo que me gustaba era lo gregario de las maquinitas. La gente echando madres porque les metieron un gol o porque los aliens mataron a su personaje.

    Hoy en día ni las consolas ni lo gregario. En términos de videojuegos y de su comunidad, me declaro ignorante.

    Me gusta

  44. La casa de la abuela
    Patio de juegos, inmenso jardín de extensas praderas y húmedas selvas amazónicas. Paredes que ocultaban las historias de gardenias nacientes, su maleza adornaba las cicatrices del tiempo. Eterno laberinto de sueños que desposeía a las almas corruptas de sus males para construir el patio de juegos de un sol naciente.

    Me gusta

Deja aquí tu recuerdo (write here your memorie)

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s