18 comentarios en “Mundos paralelos (Paralell worlds)”
Espejo
La coincidencia de la imagen, que queda estancada en algunos bits,
en los perfiles infinitos de las redes, de los formularios.
Repetido, soy el ser de evocaciones cuando tipeo en la pantalla,
a ese otro que soy yo mismo y que no soy yo.
Ese otro que da cuenta con su teclado de lo frágil que es la imagen,
de lo frágil de la vida real que a la vez es conjuro digital,
sentido… trascendencia.
Los otros yo que existimos en la potencia, en la posibilitad, danzamos para juntarnos y para separarnos en lo que se siente y en lo que se experimenta como la verdad, lo justo, lo prudente.
Si esta allá, otro yo , vuelve a mirarme, en tu pasado, no me olvides en tus sueños.
Danza con mi ego en la eterna noche del espacio
¿por qué estas allá?
y tu otro
¿por qué terminaste ahí?
a unos les toca aprender y reencontrarse
otros no regresan
otros fractales
…
Esta palabra me hizo recordar una vez que estuve viendo historias de terror hasta tarde, entre ellas una sobre un ritual para viajar a mundos paralelo. Al otro día, sentí como si algo hubiese cambiado en mi realidad, como si estuviera en un mundo paralelo. ¿Puede que siga en aquel mundo? ¿O haya viajado a otros en todo este tiempo?
El lugar siempre me había atraído. La iglesia de Lourdes tenía algo que me llamaba. Esa noche no pude resistir y acompañado por la luna decidí entrar furtivo. Las calles que me separaban languidecían entre prostitutas y borrachos. Me llegaba de lejos el sonido de los antros chapinerunos y al doblar una esquina vi cómo se alzaban aquellas torres góticas. Los redobles del corazón me arrastraban con fuerza y cuando estuve en el atrio vi una sombra atravesando el portal. El golpe fue contundente. Esa noche aprendí, con mi último maullido, que la curiosidad sí mata gatos.
Mi otro yo!
Este texto y esa palabra me recuerda que hace poco pensé en que sería de mi yo, si no hubiera sucedido esto de la pandemia. si no estuviera casada, si fuera psicóloga como lo soñé de niña. Tal vez estaría en otro país, con la misma esencia alegre, luchadora y responsable. Pero por ahora mi yo, esta creciendo y luchando diariamente por seguir sus sueños y disfrutar eso que ha construido.
Ver atrás y ver que todo el real.
La nostalgia al ver su nombre, al escuchar alguna mención, creo que no me corre por la sangre, más bien me recorre el corazón, en ocasiones ya no me siento de allí o más bien quisiera estar en el allí de antes, el de los momentos más tristes al lado de los que más quise, respirar su aire, caminar por sus calles, recordar nuestra complicidad, revivir en ella y comprender que cada día es uno menos para retornar.
Siempre luchar en lo que quiero contra lo que toca, porque no podemos ser libres como las aves que buscan su camino sin mas prisa que la que otras circunstancias muy superiores les imponen? los humanos en cambio sacrificamos ese devenir por temporalidades intrascendentes y morimos.
Podemos estar en presente compuesto por muchas vertientes, somos tan multifaceticos y adaptables a las circunstancias, un día somos uno al otro día somos otros. Hemos aprendido con los ires y venires del destino a crear perfiles que respondan a las necesidades de los mundos que ha diseñado la subjetividad ¿A cuantos de estos mundos pertenecemos?
Mis días se desdoblan constantemente entre el anhelo y la acción. Es como si existiera para mí una superposición cuántica; por un lado, un universo repleto de olores, caricias, fotos, canciones y paisajes muy verdes y rojos también. Pero de repente la función de onda colapsa y estoy sentada frente al computador digitando una idea y cuidando a la vez, el juego de mi hija en el cuarto contiguo; ella abre la caja donde como el gato puedo estar viva y muerta a la vez y me hace atravesar ese horizonte cosmológico la dulzura de su sonrisa. Y es así, el juego eterno entre el tiempo y el espacio a la espera de la desintegración de la materia que me compone para que mi universo se vuelva a ramificar y este nuevamente en el río, en el páramo, en la selva, en la playa o en la chagra, pero siempre en coexistencia con su compañía.
Los mundos paralelos son aquellos que están en nuestro inconsciente, con los que soñamos despiertos y que anhelamos reemplacen la realidad. Hacen parte del deseo y de la añoranza de lo que pudo haber sido, pero que por lo general nunca fue. Nos permiten soñar con vidas que en nuestras mentes no dejan de ser perfectas, en donde todo acto de voluntad es posible.
Éstos también están reflejados en nuestras parejas, en nuestros acompañantes, en nuestros hijos, en nuestros estudiantes porque a pesar de ser tan cercanos, a la vez son seres distantes y tan distintos a nosotros que no dejan de parecer de otro mundo.
Los mundos paralelos nos llevan a cuestionarnos por qué cuando dos personas desean y sueñan con lo mismo, lograrlo, a veces, puede ser la misión más agotadora y angustiante que algún ser vivo jamás se haya propuesto.
Cada noche cuando cierro los ojos y me dejo abrazar por Morfeo, creo que ese viaje que hago por distintos escenarios es mi subconsciente que anhela algunos de esos lugares que visito en mis sueños. Es recurrente las olas del mar que se presentan cada noche apaciguando el cansancio y angustia que me produce el afán por hacer lo que el diario vivir acarrea. Y cuando tengo la posibilidad de sumergirme en esas olas del mar tranquilo siento que regreso a los sueños que alguna vez me llevaron allá, siento esa paz y tranquilidad que quisiera tener en cada paso que doy. Siento que en el mar tengo un renacer, que hay una conexión mágica, como si en algún momento mi otro yo hubiera emergido de allí
Cuando escucho la frase mundos paralelos, se me vienen a la mente los posibles de mi futuro solo si yo tal vez ……, ¿Cómo es posible que este donde hoy en día estoy? Si en no tengo recuerdos de haber querido esto para mi futuro. ¿Existirá un «universo paralelo» en donde mi yo de ese universo si realizó todo lo que se propuso? Son preguntas que me hago cuando miro a mi alrededor y veo cosas tan diferentes a las que en algún momento creí que iba a conseguir.
Esta entrada del mundo paralelo me hace recordar mucho la pregunta de ¿qué pasaría si? que tanto recurrió a mi mente cuando pensaba en la toma de ciertas decisiones de mi vida, por ejemplo al escoger entre carreras para estudiar me debatí mucho pensando en cómo sería ese yo si ejerciera la profesión de jurisprudencia, tan diferente y caracterizada por personalidades tan opuestas a las del artista, en mi caso a las del artista literato. Entonces es muy interesante pensar en esos paralelismos del ser que pueden crearse a partir de la toma de decisiones trascendentales o incluso, a modo de efecto mariposa, a partir de frases que dijimos o dejamos de decir.
¿Qué hubiera pasado si no hubiera ido a la cita de ese día?, ¿si me hubiera levantado tarde?, ¿si no lo hubiera hecho caso a mi padre y me hubiera quedado en cama?
¿Qué hubiera pasado si hubiera sido más aplicado?, ¿si hubiera seguido los sueños adolescentes que hoy veo, a modo de mecanismo de defensa, como niñadas?, ¿si hubiera abandonado cuando quise abandonar?
¿Qué hubiera pasado si hubiera ahorrado ese dinero?, ¿si lo hubiera gastado en otra cosa más importante?, ¿si no dejara que mis objetos guarden polvo?
Nada de eso importa. Hoy decido no preguntar por el hubiera.
Mundo paralelo…
Siempre he sentido que los sueños no son mas que otros yo haciendo cosas que en esta realidad no podemos hacer, sin embargo, era una idea loca y sin bases hasta que ese día encontré una extraña coincidencia.
Luego de soñar con un amigo cercano, al verlo, mi primera reacción fue contarle que le había soñado. Él me miro sorprendido y me respondió que también había soñado conmigo justo esa noche. Hablamos un poco y nuestros sueños incluso eran parecidos: simplemente nos encontrábamos y caminábamos hablando, daba la sensación de una cercanía que ya no existía en nuestra realidad. Pensamos en lo loco que era aquella casualidad y coincidimos en que ese mundo paralelo se había comunicado con ambos, recuerdo que me decida que algún día escribiera sobre ello y sobre nuestros yo que no somos, pero conocimos y mas aún ¡se conocieron!
¿Qué si en una realidad paralela nuestros otros yo realmente hubieran logrado mantener esa relación que en esta realidad no logramos formar? Tampoco me atreví a preguntarle si el sentía lo mismo, pero seguro que en otra realidad hubo un final diferente a esta; incluso si esa realidad es un sueño. Tal vez en esa realidad hasta nos casamos.
Aquellos mundos paralelos son las decisiones que pude haber tomado. Al menos para mí, que suelo sobre pensar todo, cada vez que intento tomar una decisión me adelanto a los posibles escenarios que se desencadenarían. Entonces, si me fui por la variante A, ¿Qué desenlace podría haber tenido la variante B? O la siguiente a ella. ¿Fue la primera el mundo en el que quería habitar? Todas las razones, los pro y contra, que tome en cuenta antes de decidirme por uno de esos mundos, ¿fueron acorde a la realidad que imagine? Mientras la yo que optó por X decisión está aquí y ahora, viviendo esta vida producto de sus elecciones, ¿Cómo está la Mafe que se fue por las demás variantes? ¿Estará viviendo una mejor vida? Quizá una peor. Nunca lo sabré porque nunca los elegí, y aun si lo hubiera hecho, no sabría de la persona que habita este momento.
Genuinamente desprecio la noción de los mundos paralelos, estoy segura de que no ha existido otro concepto que me produjera tanta infelicidad. Los dedos de las manos no me alcanzan para contar todos los años en que mi vida se abandonó a la idea de que solo en otro mundo las cosas serían distintas. Después de todo este tiempo en que la vida ha mutado tanto, tengo fe de que vivimos en la simultaneidad de los paralelos, podemos desdoblar la realidad con tan solo una acción, borrando esa maña de imaginarnos en otro mundo en vez de cambiar el que habitamos.
Espejo
La coincidencia de la imagen, que queda estancada en algunos bits,
en los perfiles infinitos de las redes, de los formularios.
Repetido, soy el ser de evocaciones cuando tipeo en la pantalla,
a ese otro que soy yo mismo y que no soy yo.
Ese otro que da cuenta con su teclado de lo frágil que es la imagen,
de lo frágil de la vida real que a la vez es conjuro digital,
sentido… trascendencia.
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Los otros yo que existimos en la potencia, en la posibilitad, danzamos para juntarnos y para separarnos en lo que se siente y en lo que se experimenta como la verdad, lo justo, lo prudente.
Si esta allá, otro yo , vuelve a mirarme, en tu pasado, no me olvides en tus sueños.
Danza con mi ego en la eterna noche del espacio
¿por qué estas allá?
y tu otro
¿por qué terminaste ahí?
a unos les toca aprender y reencontrarse
otros no regresan
otros fractales
…
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Esta palabra me hizo recordar una vez que estuve viendo historias de terror hasta tarde, entre ellas una sobre un ritual para viajar a mundos paralelo. Al otro día, sentí como si algo hubiese cambiado en mi realidad, como si estuviera en un mundo paralelo. ¿Puede que siga en aquel mundo? ¿O haya viajado a otros en todo este tiempo?
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El lugar siempre me había atraído. La iglesia de Lourdes tenía algo que me llamaba. Esa noche no pude resistir y acompañado por la luna decidí entrar furtivo. Las calles que me separaban languidecían entre prostitutas y borrachos. Me llegaba de lejos el sonido de los antros chapinerunos y al doblar una esquina vi cómo se alzaban aquellas torres góticas. Los redobles del corazón me arrastraban con fuerza y cuando estuve en el atrio vi una sombra atravesando el portal. El golpe fue contundente. Esa noche aprendí, con mi último maullido, que la curiosidad sí mata gatos.
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Mi otro yo!
Este texto y esa palabra me recuerda que hace poco pensé en que sería de mi yo, si no hubiera sucedido esto de la pandemia. si no estuviera casada, si fuera psicóloga como lo soñé de niña. Tal vez estaría en otro país, con la misma esencia alegre, luchadora y responsable. Pero por ahora mi yo, esta creciendo y luchando diariamente por seguir sus sueños y disfrutar eso que ha construido.
Ver atrás y ver que todo el real.
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La nostalgia al ver su nombre, al escuchar alguna mención, creo que no me corre por la sangre, más bien me recorre el corazón, en ocasiones ya no me siento de allí o más bien quisiera estar en el allí de antes, el de los momentos más tristes al lado de los que más quise, respirar su aire, caminar por sus calles, recordar nuestra complicidad, revivir en ella y comprender que cada día es uno menos para retornar.
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Siempre luchar en lo que quiero contra lo que toca, porque no podemos ser libres como las aves que buscan su camino sin mas prisa que la que otras circunstancias muy superiores les imponen? los humanos en cambio sacrificamos ese devenir por temporalidades intrascendentes y morimos.
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Podemos estar en presente compuesto por muchas vertientes, somos tan multifaceticos y adaptables a las circunstancias, un día somos uno al otro día somos otros. Hemos aprendido con los ires y venires del destino a crear perfiles que respondan a las necesidades de los mundos que ha diseñado la subjetividad ¿A cuantos de estos mundos pertenecemos?
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Mis días se desdoblan constantemente entre el anhelo y la acción. Es como si existiera para mí una superposición cuántica; por un lado, un universo repleto de olores, caricias, fotos, canciones y paisajes muy verdes y rojos también. Pero de repente la función de onda colapsa y estoy sentada frente al computador digitando una idea y cuidando a la vez, el juego de mi hija en el cuarto contiguo; ella abre la caja donde como el gato puedo estar viva y muerta a la vez y me hace atravesar ese horizonte cosmológico la dulzura de su sonrisa. Y es así, el juego eterno entre el tiempo y el espacio a la espera de la desintegración de la materia que me compone para que mi universo se vuelva a ramificar y este nuevamente en el río, en el páramo, en la selva, en la playa o en la chagra, pero siempre en coexistencia con su compañía.
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Los mundos paralelos son aquellos que están en nuestro inconsciente, con los que soñamos despiertos y que anhelamos reemplacen la realidad. Hacen parte del deseo y de la añoranza de lo que pudo haber sido, pero que por lo general nunca fue. Nos permiten soñar con vidas que en nuestras mentes no dejan de ser perfectas, en donde todo acto de voluntad es posible.
Éstos también están reflejados en nuestras parejas, en nuestros acompañantes, en nuestros hijos, en nuestros estudiantes porque a pesar de ser tan cercanos, a la vez son seres distantes y tan distintos a nosotros que no dejan de parecer de otro mundo.
Los mundos paralelos nos llevan a cuestionarnos por qué cuando dos personas desean y sueñan con lo mismo, lograrlo, a veces, puede ser la misión más agotadora y angustiante que algún ser vivo jamás se haya propuesto.
dcvelasquezm@correo.udistrital.edu.co
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Cada noche cuando cierro los ojos y me dejo abrazar por Morfeo, creo que ese viaje que hago por distintos escenarios es mi subconsciente que anhela algunos de esos lugares que visito en mis sueños. Es recurrente las olas del mar que se presentan cada noche apaciguando el cansancio y angustia que me produce el afán por hacer lo que el diario vivir acarrea. Y cuando tengo la posibilidad de sumergirme en esas olas del mar tranquilo siento que regreso a los sueños que alguna vez me llevaron allá, siento esa paz y tranquilidad que quisiera tener en cada paso que doy. Siento que en el mar tengo un renacer, que hay una conexión mágica, como si en algún momento mi otro yo hubiera emergido de allí
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Cuando escucho la frase mundos paralelos, se me vienen a la mente los posibles de mi futuro solo si yo tal vez ……, ¿Cómo es posible que este donde hoy en día estoy? Si en no tengo recuerdos de haber querido esto para mi futuro. ¿Existirá un «universo paralelo» en donde mi yo de ese universo si realizó todo lo que se propuso? Son preguntas que me hago cuando miro a mi alrededor y veo cosas tan diferentes a las que en algún momento creí que iba a conseguir.
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Esta entrada del mundo paralelo me hace recordar mucho la pregunta de ¿qué pasaría si? que tanto recurrió a mi mente cuando pensaba en la toma de ciertas decisiones de mi vida, por ejemplo al escoger entre carreras para estudiar me debatí mucho pensando en cómo sería ese yo si ejerciera la profesión de jurisprudencia, tan diferente y caracterizada por personalidades tan opuestas a las del artista, en mi caso a las del artista literato. Entonces es muy interesante pensar en esos paralelismos del ser que pueden crearse a partir de la toma de decisiones trascendentales o incluso, a modo de efecto mariposa, a partir de frases que dijimos o dejamos de decir.
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¿Qué hubiera pasado si no hubiera ido a la cita de ese día?, ¿si me hubiera levantado tarde?, ¿si no lo hubiera hecho caso a mi padre y me hubiera quedado en cama?
¿Qué hubiera pasado si hubiera sido más aplicado?, ¿si hubiera seguido los sueños adolescentes que hoy veo, a modo de mecanismo de defensa, como niñadas?, ¿si hubiera abandonado cuando quise abandonar?
¿Qué hubiera pasado si hubiera ahorrado ese dinero?, ¿si lo hubiera gastado en otra cosa más importante?, ¿si no dejara que mis objetos guarden polvo?
Nada de eso importa. Hoy decido no preguntar por el hubiera.
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Mundo paralelo…
Siempre he sentido que los sueños no son mas que otros yo haciendo cosas que en esta realidad no podemos hacer, sin embargo, era una idea loca y sin bases hasta que ese día encontré una extraña coincidencia.
Luego de soñar con un amigo cercano, al verlo, mi primera reacción fue contarle que le había soñado. Él me miro sorprendido y me respondió que también había soñado conmigo justo esa noche. Hablamos un poco y nuestros sueños incluso eran parecidos: simplemente nos encontrábamos y caminábamos hablando, daba la sensación de una cercanía que ya no existía en nuestra realidad. Pensamos en lo loco que era aquella casualidad y coincidimos en que ese mundo paralelo se había comunicado con ambos, recuerdo que me decida que algún día escribiera sobre ello y sobre nuestros yo que no somos, pero conocimos y mas aún ¡se conocieron!
¿Qué si en una realidad paralela nuestros otros yo realmente hubieran logrado mantener esa relación que en esta realidad no logramos formar? Tampoco me atreví a preguntarle si el sentía lo mismo, pero seguro que en otra realidad hubo un final diferente a esta; incluso si esa realidad es un sueño. Tal vez en esa realidad hasta nos casamos.
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Aquellos mundos paralelos son las decisiones que pude haber tomado. Al menos para mí, que suelo sobre pensar todo, cada vez que intento tomar una decisión me adelanto a los posibles escenarios que se desencadenarían. Entonces, si me fui por la variante A, ¿Qué desenlace podría haber tenido la variante B? O la siguiente a ella. ¿Fue la primera el mundo en el que quería habitar? Todas las razones, los pro y contra, que tome en cuenta antes de decidirme por uno de esos mundos, ¿fueron acorde a la realidad que imagine? Mientras la yo que optó por X decisión está aquí y ahora, viviendo esta vida producto de sus elecciones, ¿Cómo está la Mafe que se fue por las demás variantes? ¿Estará viviendo una mejor vida? Quizá una peor. Nunca lo sabré porque nunca los elegí, y aun si lo hubiera hecho, no sabría de la persona que habita este momento.
María Fernanda Martínez mariafmartinez@javeriana.edu.co
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Genuinamente desprecio la noción de los mundos paralelos, estoy segura de que no ha existido otro concepto que me produjera tanta infelicidad. Los dedos de las manos no me alcanzan para contar todos los años en que mi vida se abandonó a la idea de que solo en otro mundo las cosas serían distintas. Después de todo este tiempo en que la vida ha mutado tanto, tengo fe de que vivimos en la simultaneidad de los paralelos, podemos desdoblar la realidad con tan solo una acción, borrando esa maña de imaginarnos en otro mundo en vez de cambiar el que habitamos.
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La entrada perturba porque es abrumadora la idea de que mi otro yo ganó en todo. Y yo quiero ganar, de vez en cuando.
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